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¿Qué aplicaciones típicas se pueden realizar con una centrífuga para laboratorio?

La centrifugación es una importante técnica de separación en diferentes análisis químicos de laboratorio. Una centrífuga es un dispositivo centrífugo que gira a altas velocidades para crear una fuerza centrífuga, permitiendo separar componentes de una solución. Los laboratorios utilizan centrífugas para separar mezclas heterogéneas, como líquido y sólido, eliminando cualquier contaminante, y es también ampliamente utilizada para la preparación de muestras para pruebas de laboratorio. 

Una de las aplicaciones más comunes de las centrífugas es la separación de suspensiones sólido-líquido. Esto se usa para separar los componentes de un líquido. Esto se hace colocando la suspensión en un recipiente que se coloca en el rotor de la centrífuga. La fuerza centrífuga entonces causa la separación de los componentes. Se pueden encontrar muchos productos a base de líquido con concentraciones separadas, como suero, leche, café y jugo de fruta.

¿Qué otra aplicación tiene la centrífuga en los laboratorios de análisis?

Otra aplicación común de la centrifugación es la filtración de líquidos. Esto puede ser útil para eliminar ciertos tipos de impurezas, por ejemplo, sedimentos, grasas, sales u otros materiales suspendidos en el líquido. Se coloca la solución en el rotor de la centrífuga, la cual genera una fuerza centrífuga para separar las impurezas del líquido. Esta técnica funciona mejor cuando hay materiales pesados suspendidos en el líquido.

Muchos laboratorios encuentran la ultracentrifugación útil para realizar separaciones de una de sus aplicaciones más complejas. Esta técnica busca separar componentes dentro de un fluido como partículas pequeñas, macromoléculas, lipoproteínas o células de sangre. El paso clave de la ultracentrifugación es lograr altas velocidades con una centrífuga para concentrar estas partículas en el fondo. La ultracentrifugación lo que hace es aumentar aún más la fuerza que hace que las partículas se sedimentan.

También hay aplicaciones científicas para el uso de la centrifugación. Estos incluyen experimentos para proporcionar una idea de la diferente viscosidad de los líquidos en diferentes condiciones de presión y temperatura, además de estudios para determinar la composición de diferentes mezclas de líquidos. Esta información es importante para muchas industrias, como la farmacéutica y los cosméticos, para entender cómo los diferentes componentes se comportan en condiciones variables.

La centrífuga como soporte del análisis en los laboratorios

También pueden utilizarse centrífugas para realizar la deshidratación de muestras. Esta técnica requiere la preservación de la estructura de la muestra, lo que es especialmente útil para los materiales que son susceptibles a la descomposición debido al secado durante el proceso. Esto es especialmente útil para la preservación de tejido y para los centros médicos que realizan biopsias. Las centrífugas también son útiles para preparar muestras para análisis de laboratorio. Mediante centrifugación, se puede separar la fase sólida de la líquida, lo que permite analizar los componentes individualmente.

Esto también se usa para separar componentes en muestras de fertilizantes, alimentos, bebidas y pesticidas para determinar su composición. Finalmente, la centrífuga es ampliamente utilizada para la separación de células presentes en variados fluidos biológicos, principalmente la sangre. Los líquidos contienen una variedad de células, como eritrocitos, leucocitos, glóbulos blancos y glóbulos rojos. 

Mediante el uso de centrifugación, estas células se pueden separar para estudiar su composición y caracterizar su funcionalidad. En conclusión, se pueden realizar muchas aplicaciones típicas con una centrífuga para laboratorio. Estas incluyen la separación de mezclas, el estudio de suspensiones, la filtración de líquidos, el análisis científico, la deshidratación de muestras, la preparación para análisis de laboratorio y la separación de células. Estas aplicaciones son muy importantes en muchos laboratorios, ya que permiten estudiar los materiales con mucha precisión.

Todo lo que se puede hacer con las centrífugas de Kalstein

Kalstein soportan una variedad de aplicaciones, desde el análisis químico, hasta la separación de células para el examen de microhematocrito. También están disponibles a la venta, centrífugas refrigeradas que pueden alcanzar temperaturas de hasta -20 grados centígrados con una precisión de 1,5 grados, para aquellas muestras que son sensibles a la temperatura. En todos los modelos, hay controles de seguridad para la temperatura y de las revoluciones. Los precios de estos equipos son realmente competitivos; si planea hacer la compra de los mismos puede buscar información en los links AQUI y AQUI.