La estufa o también llamado horno de secado es un equipo que se emplea para secar y esterilizar recipientes de vidrio y metal. Esto lo logra, gracias a que en su interior la temperatura es más elevada que en el ambiente. De acuerdo a su modo de operación existen básicamente dos tipos de estufa: las que operan mediante convección natural y las que operan mediante convección forzada.
A través de una estufa de laboratorio se puede realizar la esterilización, la cual se hace efectiva dentro de la estufa y recibe el nombre de esterilización por calor seco, la cual se efectúa solo a 180 °C durante 2 horas. Durante este proceso el vidrio o el metal es calentado por el aire a alta temperatura, eliminando la posibilidad que exista cualquier tipo de actividad biológica.
Estructura de una estufa de laboratorio
Las estufas se encuentran conformadas por dos cámaras: una interna y una externa. La cámara externa está fabricada en lámina de acero, recubierta con una película protectora de pintura electrostática. La cámara interna por lo general está fabricada en aluminio o en material inoxidable para transmitir mejor el calor; posee un conjunto de estantes o anaqueles fabricados en alambre de acero inoxidable, para que el aire circule libremente, allí se depositan los elementos que requieren ser secados o esterilizados mediante calor seco. Se encuentra aislada de la cámara externa por un material aislante que mantiene internamente las condiciones de alta temperatura y retarda la transferencia de calor al exterior.
Esterilización por calor seco
Las estufas de laboratorio permiten la distribución uniforme del calor en su interior, donde el material se expone a temperaturas de aproximadamente 180ºC durante 2 horas para lograr esterilizar un material.
La esterilización por calor seco genera la destrucción de los microorganismos por oxidación de sus componentes celulares. Éste es un proceso menos eficiente que la esterilización por calor húmedo, porque los microorganismos mueren con mayor rapidez cuando se encuentran en presencia de agua, debido a que éste permite que se altere con mayor facilidad la configuración de sus proteínas y proporciona un medio para distribuir el calor uniformemente en toda la cámara interna del equipo de esterilización. Por esta razón, para lograr la esterilización del material y utilizando el calor seco, se deben aplicar temperaturas más elevadas durante mayor lapso de tiempo.
El tiempo de esterilización se debe determinar para cada tipo de material, por ejemplo, en el caso de materiales muy resistentes al calor, se pueden usar temperaturas más altas por tiempos más cortos.
Beneficios de esterilizar por calor seco
Entre las ventajas de este método de esterilización por calor seco están que no deja residuos, y es un método rápido y económico. Además permite la esterilización de materiales no miscibles con el agua como es el caso de polvos, aceites y grasas. No es corrosivo para metales e instrumentos. Su principal desventaja es que sólo debe emplearse para esterilizar materiales termoestables y requiere mayor tiempo de esterilización, respecto al calor húmedo, debido a la baja penetración del calor.
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